Se trata de un dispositivo electrónico sensorizado que registra el patrón de la marcha en un período de tiempo o de manera continua, a partir de la información de aceleración medida en tres dimensiones (ejes X, Y y Z). El dispositivo se incorpora a los zapatos, de forma mínimamente invasiva, normalmente en la parte posterior del talón. El patrón obtenido permite representar una firma de la marcha, única para cada individuo. Esta información se puede enviar al médico especialista, quien puede detectar posibles descompensaciones entre una pierna y la otra (para corregirlas, por ejemplo, con una prótesis), o posibles patologías presentes o futuras que se pueden dar (pies planos, inflamación de las articulaciones, artrosis, etc.).
El proyecto, desarrollado en colaboración con la fundación Althaia, tuvo una duración de 3 años (2016 - 2019) y fue financiado por el Ministerio de Economía y Empresa (MINECO) con un presupuesto de 170.000 euros.