Cuando los actos son en espacios cerrados, es suficiente con un control de acceso, pero en actos públicos en espacios abiertos, donde el número de accesos es demasiado grande, el control del aforo sólo se puede hacer desde el aire. El uso de drones se plantea, así, como una medida adecuada, tanto por su coste limitado como por la posibilidad de volar a baja altura.
Se trabajará, por un lado, en encontrar el modelo de dron adecuado para hacer este tipo de tarea y, por otro lado, en mejorar los modelos de redes neuronales existentes entrenándose los para reconocer a las personas a vista de pájaro. Más allá del reconocimiento y recuento de personas, se quiere testar un nuevo modelo capaz de detectar también agrupaciones de personas a partir de las imágenes facilitadas por el dron de la policía local de Castelldefels, que colabora en el proyecto. El equipo de investigación trabajará en la optimización de un algoritmo basado en técnicas de inteligencia artificial que se pueda ejecutar en tiempo real en un dispositivo móvil (una tableta o un teléfono) conectado al dron. Todo ello respetando la protección de datos y la privacidad de las personas, ya que se anonimizarán las imágenes que se capten mediante el desenfoque automático de los rostros de los asistentes.
El proyecto está coordinado por el grupo de investigación ICARUS, y cuenta con la participación del Ayuntamiento de Castelldefels.
El proyecto ha sido uno de los 4 proyectos de la UPC seleccionados por la convocatoria 'Replegar-se per créixer: l'impacte de les pandèmies en un món sense fronteres visibles’ (PANDÈMIES 2020) de la Agencia de Gestión de Ayudas Universitarias y de investigación (AGAUR), para proyectos de investigación que tienen como objetivo analizar el impacto de la epidemia por COVID-19, en concreto, y del concepto de pandemia en general. El proyecto se desarrollará en un plazo máximo de 18 meses.