La industria láctea es un importante sector de la industria alimentaria, con unas ventas de 124.300 millones de euros y un valor añadido de 17.400 millones de euros. Tiene un consumo de energía y de agua elevado, tanto en producción global como por unidad producida: hasta 6,47 MWh (5,55 MWhth y 0,92 MWhel) y 60 m3 de agua por tonelada de leche transformada. El 98% del agua dulce utilizada es agua potable y el 80% de la energía se consume en las operaciones de calefacción, pasteurización, esterilización, secado y limpieza.
El proyecto EnReMilk ha logrado ahorros de hasta un 20% en energía y un 30% en agua en toda la cadena de suministro en dos casos representativos de la industria láctea como son la producción de mozzarella y la producción de leche en polvo.
Inicialmente se identificaron los patrones de consumo de agua y energía a lo largo de las respectivas cadenas de procesamiento. En un segundo paso, a través de técnicas de monitorización y gestión en tiempo real para minimizar el consumo de agua y energía, estos procesos se modelizaron (es decir, se establecieron escenarios tecnológicos para identificar los potenciales ahorros) y se aplicaron técnicas de estabilización microbiana, calentamiento, texturización y secado. Los parámetros resultantes se evaluaron para establecer la estrategia de uso de recursos, el tratamiento del efluente del proceso y las tecnologías de reutilización del agua garantizando la calidad y la seguridad de los alimentos. Los resultados han sido validados en pruebas piloto en condiciones industriales a lo largo de un período de 3 meses.
El proyecto, que ha formado parte del 7PM, ha contado con una financiación de 5,1 millones de euros y ha tenido una duración de 4 años. El consorcio, liderado por el Fraunhofer Institute for Interfacial Engineering and Biotechnology, lo han formado 15 socios de 6 países, entre los que está el centro específico de investigación CS2AC, responsable de las tareas de monitorización y gestión en tiempo real para minimizar el consumo de agua y energía.