El Centro de Investigación en Ingeniería Biomédica de la UPC (CREB) y la empresa Sensing & Control han puesto en marcha una prueba piloto de un nuevo sistema de sensores de gas que se basa en inteligencia artificial para monitorizar personas mayores que viven solas.
La información recogida por los sensores se procesa con los algoritmos desarrollados por CREB y la inteligencia artificial aplicada por la empresa. En este sentido, los sensores tienen dos funciones principales: alertar de peligros y extraer un patrón de comportamiento de la persona. Por ejemplo, si come o cena en horas irregulares, se despierta de noche o duerme más horas de las habituales se puede tratar de indicadores "que gracias a la inteligencia artificial permiten identificar si la persona mayor se aleja significativamente de su rutina, lo que puede constituir una señal de alarma en su comportamiento", explica el CEO de Sensing & Control, Narcís Avellana.
El sistema consiste en dos o tres dispositivos que se instalan en el comedor, la habitación y la cocina de la vivienda. Así, los sensores que llevan incorporados pueden detectar varios tipos de gases, como el dióxido de carbono o hidrocarburos, entre otros, que permiten saber, por ejemplo, si la persona está presente o no en un espacio, si se ha dejado el gas encendido o si hay una mala ventilación o comida en mal estado en el piso.
Según Jordi Fonollosa, investigador de CREB UPC, los sistemas de monitorización convencionales, como las videocámaras o los sensores de movimiento, "a menudo son bastante intrusivos y crean recelo, comprometen la privacidad y tienen limitaciones como los ángulos muertos", mientras que con sensores de gas "se puede detectar cualquier actividad que genere volátiles; cuando respiramos, consumimos oxígeno y liberamos dióxido de carbono, por tanto, cambiamos la composición del aire". Se trata de una solución "más eficiente porque con menos sistemas se puede cubrir un área mayor", constata Fonollosa.
Para este proyecto de innovación, CREB UPC, centro con el sello TECNIO, y Sensing & Control han recibido una ayuda de 125.000 euros en el marco del programa INNOTEC (ayuda LLAVOR) de ACCIÓ.
Sensing & Control (Barcelona), con 17 trabajadores, es una pyme de software especializada en Internet de las Cosas (IOT), inteligencia artificial y smart homes.