El ISI ha desarrollado nuevos sistemas que son fáciles de utilizar, de bajo coste, que se pueden utilizar fuera del entorno hospitalario e integrar fácilmente en objetos de uso diario. Una posibilidad muy atractiva, y desarrollada en sus etapas iniciales en un proyecto de investigación en colaboración con la empresa Taurus, es la incorporación de este sistema de medida en una báscula capaz de medir la composición corporal además del peso, y que permite hacer un seguimiento diario del sistema cardiovascular de una persona en pocos segundos.
Para realizar esta caracterización se obtiene el electrocardiograma (ECG), la onda de pulso arterial en diferentes localizaciones, a partir de la medida de la señal de pletismografía de impedancia eléctrica (IPG), y la fuerza del corazón en cada latido (balistocardiograma). El electrocardiograma y las ondas de pulso se obtienen mediante cuatro contactos conductores en manos y/o pies. El balistocardiograma se obtiene a partir de los mismos sensores que miden el peso de la persona. Basta con subir a la báscula y coger con las manos el manillar y en pocos segundos se obtienen las medidas. Éstas permiten tener información del período de pre-expulsión (PEP), un buen indicador de la contractilidad miocárdica, y el tiempo de recorrido de la onda de polvo (PTT), un buen indicador de la elasticidad arterial. Además, de la señal de electrocardiografía y también de la señal de IPG, se puede obtener información respiratoria del usuario. Los resultados de cada parámetro se pueden transmitir desde la báscula a cualquier ordenador, tableta, móvil o dispositivo con tecnología inalámbrica.
Esta tecnología, que está patentada en Europa, Estados Unidos, China, Corea del Sur, Japón e India, puede ser fácilmente implementada en dispositivos de mano y en sistemas comerciales existentes, como monitores d’ECG o sistemas de medida de oxígeno de pulso.