11/12/2020
Los algoritmos de búsqueda optimizarán la red de transporte aéreo en términos de resiliencia (la capacidad de recuperación del sistema) ante este tipo de fenómenos disruptivos. En el proyecto se analizarán tormentas de tipo convectivo, típicamente cumulonimbus, que son muy energéticas y peligrosas para un avión en vuelo. Además de lluvia intensa, estas tormentas menudo presentan granizo, fenómenos turbulentos y aparato eléctrico, y pueden llegar a bloquear un aeropuerto o grandes corredores del espacio aéreo.
El sistema también tendrá en cuenta otros factores que pueden provocar una cierta incertidumbre a la hora de planificar vuelos, como los diferentes modelos de aeronaves en funcionamiento, el peso y la carga de estas, las rachas de viento o los intentos de despegue y aterrizaje.
A nivel metodológico, este proyecto requiere un enfoque multidisciplinario. Por un lado, para caracterizar la incertidumbre de todos los elementos que componen el tráfico aéreo los científicos utilizan la Inteligencia Artificial, empleando un modelo epidemiológico para simular cómo se propagan los retrasos en el sistema a nivel de red. Por otra parte, utilizan el Big Data para analizar cómo se pueden procesar grandes volúmenes de información de manera continua, además del desarrollo de los citados algoritmos de optimización de vuelos.
En el proyecto START participa el grupo de investigación Intelligent Communications and Avionics for Robust Unmanned Aerial Systems (ICARUS), está coordinado por la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M)y cuenta con la participación también de socios de cinco países europeos: Boeing Deutschland (Alemania), el Centro Aeroespacial Alemán (DLR), la Escuela Nacional de Aviación Civil (Francia), la compañía de planificación de vuelos Flightkeys (Austria), y la Universidad Técnica de Estambul (Turquía). Está financiado por la Comisión Europea y finalizará el 2022.